Anoche soñó que bombardeaban la ciudad,
La ciudad ardía en llamas
Y tal vez porque estuvo leyendo al paranoico Pynchon
Algo se anunciaba en el sueño de la novela que es su vida.
¿Los libros que serán, serán escritos por demonios
O serán ensamblajes resplandecientes del copy and paste?
A los pocos días, la ciudad ardía en llamas como en su sueño
Y una turba se levantó por el aumento en el precio de la gasolina.
¿El sueño sólo profetizó las barricadas y el cierre de los supermercados?
¿El sueño logró escuchar la galería de ecos en la que estamos?
¿El sueño logró descifrar el lenguaje de pánico en el que hablan las cosas?
Su niñez hasta los cinco años fue muy bonita
Hasta que entró a la escuela y entendió que era
Un inadaptado o una inadaptada como quien dice.
Ni en escuela de hombres ni en escuela de mujeres:
En la escuela de hombres eran toscos,
En la escuela de mujeres lo veían raro y cuchicheaban,
En la escuela mixta también lo golpearon.
Después vino el amor:
Primero anduvo con hombres toscos y fornidos
Luego anduvo con mujeres ojos de lince,
Pero no, no, no, no, no,
Nunca logró encajar ni con hombres ni con mujeres,
Ni siquiera yo sé si decirle él o decirle ella.
Aunque estoy convencido que existe un tercer sexo
A él/ella le asignó el sexo su mamá y el doctor:
El doctor porque dijo que había nacido un hermoso niño
Su madre porque le puso por nombre Isis
La madre de los dioses, diosa de los mil nombres.
Eso y más se refleja en sus pinturas y fotos
Y sus viajes al corazón del Valle de la Muerte
Cuando desciende a la peña del aire donde florecen las piedras
En la intersección entre la sierra madre oriental y la occidental
Y encuentra ecos de miles de almas anunciando muerte por todos los siglos.
Como Micaías sólo profetiza lo malo por venir,
En los nueve miradores hacia el desfiladero
Y el precipicio de un pedazo de mar petrificado
En la peña del aire hace millones de años.
En sueños Isis conoce cosas que están siglos lejos,
Trae conocimiento que crece con un gusto amargo
Pero es incapaz de experimentar el presente
Y hoy las puertas del futuro se cerraron
Y hoy por azares del destino conocerá a don Alfonso, quiero decir a don Ponciano.