Orquídea blanca en una maceta de cristal: ¿sexo de quién?
Exuberancia de lo latente que ha suscitado el mantener nuestra lengua,
La conexión con nuestras raíces ¿de dónde venimos?
Mi padre no sabía de dónde veníamos,
Pero de algún lugar tuvimos que salir.
Al principio fueron los niños y al final,
El mundo del que viene será de los niños
Y de las niñas, porque yo soy niña y no quiero quedar afuera
Y nunca hemos estado afuera porque los niños hicimos un librito
Ma Dängä Nfenihu: nuestro gran pensamiento,
Ahí hablamos de la milpa y la fiesta y la música
Y sobre leyendas de aquí del pueblo.
Hemos soportado que abusen de nosotros allá en Tula,
Se burlan de nosotros por eso los conocemos.
Hay madres que se han comido a sus propios hijos
Por eso los conocemos.
Esos no son cuentos ni leyendas, está en la Biblia:
Nosotros los conocemos.
En la fuente la lira del delirio…
Nos pasa lo mismo que a los perros
No saben cómo tratarnos porque olvidaron la palabra.
Hablan del señor del costal
Y hay madres que devoran a sus propios hijos
Y somos huérfanos en esta cámara de ecos.
Por eso escupían cuando bajábamos a la ciudad,
Pero aquí no hay una sola voz,
Aquí hay voces-murmullos,
Nos trataban de lo peor ¿ves ese perro que va por ahí?
Las abuelas tejen y tejen,
Dan vueltas y vueltas y enredan la fibra del maguey
Y bordan águilas que son el universo y el sueño
Así son las encrucijadas como las calles y la música
Así fueron los niños, así se fueron
Esto es lo que dice mi tío:
Si los niños gobernaran destruirían el mundo más rápido,
Y se carcajea. Cuando va a regar la milpa a las aguas negras
Brillan sus dientes en la madrugada negra, negra, negra.
Los perros aúllan: sabemos quién es el enemigo,
Así será, el mundo por venir así será,
Ni con un estallido ni con un lloriqueó,
El mundo acabará en un juego e iniciará en otro,
El mundo será del niño, el mundo por venir
Será una milpa
Nuestro Gran Pensamiento llena la inmensidad,
Fluyó un río cuando todos callaron en Chantepec:
Antes, cuando registraban a los niños,
Iban nada más los abuelos a registrarlos.
No podían ir los papás, tenían que ir los abuelos.
Iban los abuelos y lo que más o menos entendían allá, lo ponían.
Por eso hay nombres y apellidos parecidos a otros pueblos de por aquí.
Mi abuela fue la que nos dijo: flor de luna
Es la menstruación de la mujer,
El espejo de las palabras se les quebraba en mil pedazos,
Un canto como el del viento y el de algunas aves
Buscaba a los dioses: buscaban los escribas,
Buscaban los príncipes y los emperadores,
Cada autoridad buscaba su palabra y después su letra,
Los niños hablábamos y sonreíamos,
Solo los niños conocemos al enemigo
Esa verruga enquistada en el origen del mundo,
Y hay familias de músicos
Hijos y padres músicos campiranos,
Empiezan a hacer lo que es la recolecta de imágenes y las llevan a la iglesia,
Se quedan ahí el veintidós y el veintitrés de noviembre
Y ya después de ahí pasan dos o tres días y van y recogen a sus virgencitas
O a sus imágenes con banda de viento.
Dicen que hace mucho tiempo, hubo una guerra,
Un conflicto en el país, no recuerdo cuál era,
Las abuelas y los abuelos se ocultaron en el cerro,
Y vieron un peñasco, y el peñasco hueco era una cueva,
Entró el pueblo, casi todo el pueblo entró,
Ya pasando la guerra se vinieron a vivir a sus casas,
Y se quedó sola una abuelita
Porque ella no tenía familia,
Para poder dejar como un legado, ella dejó
La silueta de una mano plasmada, pero en grande,
La abuelita ¿cómo se llamaría? antes de morir,
Empezó a hacer una mano y un pie
Y se ven todavía las formas de la mano y el pie,
Son como un legado esas huellas,
Ahí pasa el agua cuando llueve,
Una llovizna fuerte y el agua pasa
Y siempre está muy verde de ese lado.
Interesante!!!
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Gracias. Saludos
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Saludos!!!
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