Ayer en la noche buscando información sobre las celebraciones de Dante que se llevaràn a cabo este 2021, me encontré con un artículo del New York Times en español, donde habla de la lectura colectiva que se llevó a cabo de los cien cantos de la Divina Comedia en los primeros cien días del año 2018. La iniciativa fue de Pablo Maurette que el primer día de enero publicó en Twitter el hashtag #Dante 2018 y de ahí se detonó un gran interés e interacción de todo tipo de personas. Aquí dejo el link del artículo:
Me parece una propuesta excelente para celebrar este 2021 a Dante y a la poesía. Sin embargo, estuve buscando lecturas colectivas de ese tipo y no encontré ninguna que se esté llevando acabo. Por ello, hace un rato abrí mi cuenta de Twitter @apocaliptica17 con la finalidad de lanzar esa propuesta para este año. Incluso ya busqué la cuenta de Pablo Maurette y es de las primeras que sigo. Hasta hace poco era muy reticente con esto de las redes sociales y esa reticencia me ha llevado a no verle su lado positivo como es este el caso. Si en las redes sociales y en general en la Red Digital, cada día más se genera la división, el odio y la infodemia, ¿no será una de las mejores maneras de contrarrestarlo el generar la participación horizontal y colectiva en torno a la lectura de la Divina Comedia? Desde luego que el alcance que pueda tener la propuesta será muy limitada al principio por el escaso número de seguidores que tengo. No soy un influencer y me gusta el anonimato por lo que preferiría que otro con mayor alcance hubiera tenido la iniciativa. Aun así, lanzo la propuesta de que, los pocos lectores que por aquí o por Twitter se asomen, empecemos la lectura colectiva a partir del 14 de febrero con el primer canto y así subsecuentemente uno cada día hasta completar los cien.
En fin, no importa cuantos seamos. Parafraseando a Borges, cuando alguien lee una línea de Dante, por esos momentos también es Dante. De esta manera, si la Red Digital se alimenta de nuestra psique y privatiza el conocimiento común, la poesía es y será, una vez más, la forma de devolvernos el rostro y el sentimiento de lo colectivo.