Mañana 25 de marzo inicia el Dantedí. Al menos en Italia los festejos serán en grande. Universidades, el vaticano, cantantes, pintores, ciudadanos de a pie, van a descender a los infiernos junto con Dante. Algunos por primera vez. Espero con ansias esta fecha porque quiero ver cuál es el alcance del mayor poeta de occidente, ahora que estamos en una profunda crisis como civilización y que este incierto año coincide con la conmemoración de los 700 años de su muerte. ¿Tocará los corazones de muchos o pasará de noche? ¿Se convertirá la lectura de la Divina Comedia en un acto sincrónico multitudinario? Ojalá.

El catorce de febrero iniciamos acá por tierras hidalguenses la lectura de este libro. ¿Por qué nos adelantamos? Entre otras cosas porque conozco a mis paisanos. Somos uno de los estados más pobres de la república mexicana. Esa pobreza también se percibe en nuestra falta de amor por la lectura. Y en nuestra falta de recursos para promover esa pasión. Cómo estaremos, que mientras nosotros promovíamos leer la Comedia, al secretario de cultura de la entidad lo corrieron por hacer fiestas y embriagarse en sus oficinas de trabajo. Sí, las artes y la literatura se siguen viendo como un lujo cuando bien nos va. En estos días de lectura he tratado de sugerir lo contrario. Mis amigos me han acompañado de manera solidaria y entusiasta, pero aún no hemos encontrado el eco que se necesita para hacer de la lectura una fiesta popular. A ellos les digo que estamos en tiempos de cambios profundos, y vendrán cambios mayores y más fuertes. Es y será un movimiento de placas tectónicas que nos sacudirá por completo. Cuando esos eventos ocurren, la poesía está siempre presente. También la muerte, la violencia y el odio.

Ayer, navegando por la red para conocer sobre los festejos dantescos, me encontré con una nota periodística sobre la carta apostólica que el papa Francisco publicará el 25 de marzo, la cual abordará el tema de Dante y la Divina Comedia:

«Dante es, en efecto, un profeta de la esperanza, como lo considera el Papa Francisco. En la época de la pandemia vivimos un periodo de dolor, de miedo, de desánimo. Dante también vivió una época así y nos mostró cómo la gran poesía y la fe pueden florecer incluso en una tierra devastada”, explicó el cardenal Ravasi a Gian Guido Vecchi, vaticanista de Il Corriere della Sera.

Francisco recordó la admiración que durante varios siglos diversos Papas tuvieron por Dante. Bergoglio profesor de literatura sabe de qué habla y se refirió al “poeta de la posibilidad de la redención», del «cambio profundo», del «amor que mueve el sol y las demás estrellas», citando también a Pablo VI, quien asimismo escribió sobre el poeta.

https://es.aleteia.org/2021/03/23/ravasi-el-papa-francisco-considera-a-dante-un-profeta-de-esperanza/?fbclid=IwAR0JU53NOKRxlICZdHHIrh-NS5t2LoXrXSwcw4Kr3JOSCz0J1MbO8tfGCcQ

En el lugar donde vivo las cosas no están bien. Necesitamos que esos cambios profundos los asumamos como sujetos con proyecto político y poético. Una de las pandemias que se nos avecinan es la de enfermedades mentales y trastornos psiquiátricos. Lector o lectora, según la OMS, la mitad de la población que estuvo confinada padecerá algún tipo de trastorno: ¿Estás seguro de pertenecer al lado de la población saludable? Yo creo que se quedan cortos. El mundo hoy es un gran manicomio y la poesía, siempre extraña, externa e inútil, es una herramienta política que servirá para liberarnos.

El camino es largo y hay que andarlo. Primero hay que dejar entrar la poesía a nuestros corazones. Y eso no se consigue de la noche a la mañana. Sin embargo, no esta mal comenzar de la mano de Dante y la Divina Comedia. Así que para aquellos que no comenzaron con nosotros el catorce de febrero, pueden comenzar el día de mañana, cuando empieza el Dantedí. Como quiera, unos ya en el Purgatorio, otros en el Infierno, el chiste es ir compartiendo experiencias desde un horizonte de sentido.

Y es que las redes sociales (Twiter, Feis, Instagram, etc, etc, etc.), están hechas para la dispersión. Entonces a quien utiliza estas redes le pasa lo que dice Dante en el canto V del Purgatorio:

El hombre en cuya mente se agolpan demasiadas ideas, no realiza nunca ninguna de ellas, pues la vehemencia de una viene en detrimento de la otra.

No encontré nada más que responder sino «¡ya voy!, y caminé con mayor empeño, con mi rostro encendido por el rubor que hace a los hombres dignos de indulgencia.

La propuesta de leer juntos poesía y compartir la experiencia, tal vez no es una gran idea para cambiar el mundo. Pero para iniciar una transformación personal y a la vez propiciar la organización de la comunidad o barrio en donde vivo, no me parece una idea tan descabellada. Al fin y al cabo, es aquí donde me tocó vivir el fin del mundo.

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