Hace algunos años circuló por las redes un meme que hacía la comparación entre los siete pecados capitales y las redes sociales. Años antes el creador de Linkedin Reid Hoffman, había señalado algo parecido al decir que las redes como Facebook apelan a los instintos humanos que la escolástica cristiana clasifica como pecados, por lo que las que no forman parte de esta lista «fracasaron en fomentar la violación de la voluntad divina» en palabras de Hoffman.

Hoy la preocupación sobre los efectos que tienen las redes virtuales en nuestras vidas es un hecho que ya no tomamos tan a la ligera. No hay que olvidar que las grandes corporaciones utilizan las redes sociales para analizar la psique individual y colectiva. El Big Data y el uso de algoritmos se centran básicamente en el análisis de nuestro comportamiento. Como dice un exgerente de Google en el documental El dilema de las redes sociales ( altamente recomendable y que por cierto se puede ver por Netflix), ahora los seres humanos somos la mercancía. Así, no es broma cuando algunos científicos dicen que hoy las corporaciones saben más de nosotros que nosotros mismos.

¿Qué hacer ante tal situación? La respuesta a esta pregunta no es para nada sencilla, pero al menos hemos identificado uno de los problemas centrales de nuestro tiempo. Tal vez a penas estamos en los prolegómenos de lo que el italiano «Bifo» llama un totalitarismo digital. En ese sentido parece no haber escapatoria al dominio de la Red sobre lo humano. Sin embargo, tal vez deberíamos empezar por el principio. Es decir, podemos empezar por interrogarnos sobre esos instintos humanos que tan bien utilizan para su beneficio las empresas. ¿No es un oxímoron hablar de instintos humanos? Y es que el comportamiento humano es instinto sublimado por la cultura. Es historia encarnada. ¿Será que una vez más el sueño de dominio absoluto se tope alguno de estos días con lo inesperado, la chispa divina de la libertad y lo contingente? O por el contrario ¿la dominación del humano esta vez será total y transitaremos a una etapa que algunos ya llaman como poshumana?

Tal vez a ese poshumanismo tan cacareado habría que contraponer una palabra inventada por Dante: transhumano. Pero aún no llegamos al Paraíso. Hoy llegamos al canto X donde se encuentran los soberbios. Así los presenta el florentino:

¡Oh cristianos llenos de soberbia, débiles y miserables; ciegos de los ojos del entendimiento , que ponen su cuidado en aquellos pasos que finalmente los harán retroceder. ¿Acaso no saben que todos somos como gusanos, cuyo destino es ser parte de la celestial mariposa, que alza su vuelo hacia la justicia eterna? ¿Por qué tanta soberbia? Son como insectos defectuosos, como gusanos que no han llegado a desarrollarse

Ahora bien, según ese célebre meme, Facebook es la red social de la vanidad, otra forma de llamar a la soberbia. Lo que dice Dante de los soberbios es bastante sugerente: son como gusanos faltos de desarrollo o insectos defectuosos. Y ¿apoco no así nos mostramos muchos en el feis? Yo he conocido personas ya mayores, respetables ancianos y ancianas que, gracias a esta red, les sale a relucir su lado más infantiloide. No es nuestra culpa. El feis está diseñado para eso. Apela a nuestro instinto humano, demasiado humano, de reconocimiento y aceptación. Todos queremos ser queridos por los demás. Ya en el siglo XIX Durkheim en su estudio sobre el suicidio se dio cuenta de una tendencia que parece permanente, al menos en el hombre moderno. El ser humano decía, lucha por sobresalir de la comunidad y a la vez lucha por ser aceptado por la comunidad. Cuando no encuentra un equilibrio entre estas contrapuestas aspiraciones, vienen los malestares y las dolencias del alma que muchas veces llevan al suicidio.

También, cuando Wallerstein plantea los posibles escenarios que asechan en el presente fin del sistema capitalista, habla de un posible paso al socialismo. Ese nuevo sistema, para que pudiera sobrevivir, no tendría que soslayar, según él, ese deseo de reconocimiento individual. Así lo dijo Oscar Wilde en su hermoso ensayo El alma del hombre bajo el socialismo:

Con la abolición de la propiedad privada tendremos, entonces, un verdadero, hermoso, sano Individualismo. Nadie perderá su vida en acumular cosas y los símbolos para las cosas. Se vivirá. Vivir es la cosa menos frecuente en el mundo. La mayoría de la gente existe, eso es
todo…

Será maravilloso ver la verdadera personalidad del hombre. Se desarrollará natural y simplemente, como crece una flor o un árbol. No estará en discordia. Nunca argumentará ni disputará. No tendrá que demostrar cosas. Lo sabrá todo, y sin embargo, no se preocupará por el conocimiento. Tendrá sabiduría. Su valor no se medirá con cosas materiales. No tendrá nada. Y sin embargo, tendrá todo y aunque se le saque, siempre le quedará, tan rico será. No estará siempre entrometiéndose con los demás, o pidiéndoles que sean como él. Los amará por ser diferentes. Y si bien no se entrometerá en la vida de los demás, los ayudará a todos, de la misma forma que una cosa hermosa nos ayuda, por ser lo que es. La personalidad del hombre será verdaderamente maravillosa. Será tan maravillosa como la personalidad de un niño.

Cada que leo estas esperanzadoras palabras, pienso que tal vez lo mejor está por venir.

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