Abrí la ventana casi sin querer.

Las plantas

Respiraban sin ser oídas

La esencia de la vida.

Les nacían leves frutos

De rocío y piar de pájaros.

Una exhalación de bondad

Entró por la ventana.

Amaneció :

El cielo tuvo el color del universo

Cuando fue un corazón aún tierno.

Los primeros rayos del sol

Y el recuerdo de ser

Un mortal entre mortales,

Aquel quien enquista

La ausencia en las cosas,

Diluyeron de pronto esa dicha.

Arquímedes Herrera (1972) vive en Real del Monte, Hidalgo. Aunque ingeniero agrónomo de profesión, ha tomado diversos cursos de literatura en la Escuela de Artes de Pachuca. Ha publicado El Hiloche y otros bosques (1995) e Iridiscencias (2007). Poeta del instante y la naturaleza, es notoria la influencia de la poesía oriental en su obra. En prosa destacan los ensayos Palimpsesto: reflexiones sobre el fenómeno poético (1997) y Transhumanizar: una palabra en disputa (2018).

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