Tú tatuaste mi piel del corazón
Pues tus labios mi cuerpo han nombrado.
Dios nombró el mundo y lo dejó cifrado
Tus besos pan y rojo vino son.
No existe el tiempo cuando tú me besas:
Luz de tu piel morena es el presente.
Se asoma dios que andaba ausente:
Con tus labios de carne es como rezas.
Tus besos curativos dan en el centro
De mi alma entristecida y sus dolores.
Tu boca abre una puerta por la que entro.
De tu alma son los besos y las flores
Del tiempo por venir en cada encuentro
Y muerte y vida niña sus fulgores.
José León