Que la locura de don Quijote algo tiene que ver con problemas sexuales de la ancianidad bien puede ser. Ahora contaminados de psicoanálisis como estamos, nos es menos difícil hacer esta lectura. Y como ya dije, según Freud la obra cervantina tiene mucha tela para cortar en este sentido de los trastornos mentales. Como quiera que no es prudente reducir una obra de múltiples e infinitas lecturas a una interpretación psicológica de dramas caseros, en este capítulo donde don Quijote confunde a la prostituta Maritornes con una hermosa doncella, sí que da mucho para comprender los trastornos del hidalgo manchego además desde luego, de las violencias de todo tipo que vivía la España de aquel tiempo. Hoy, todos esos golpes y agresiones que padecen Sancho y don Quijote, ya no se nos hacen tan cómicos como a sus primeros lectores y muchas veces, más bien, nos parecen bastante crueles.

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