Bello lince de acero en la autopista
tuya entera es la ciudad suicida,
santuario para el éxodo egotista
de cemento y progreso adormecida.
Furioso sacas chispas al amianto
corcel blanco de místicos poderes,
del sacro capital eres encanto
que embruja. Tabernáculo andante eres.
Se desgajaran todas las montañas
y se abrirán, por ti, todos los mares.
¡Ah, de la madre tierra, en sus entrañas
nacerá pura muerte del dios Ares!
Que la angustia se rinda a tus hazañas,
Avanza, avanza, avanza, nunca pares.
*José León
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