A veces me da en pensar al Quijote como una cámara de video que llevaran amo y escudero, muy deformadora de la realidad, pero que va retratado toda la complejidad social de su tiempo en unos cuantos personajes y escenarios bien trabajados. ¿De dónde aprenderemos más sobre la España de aquel entonces, en un libro de historia o en esta novela? En fin, sucede que Sancho se encuentra con el cura y el barbero en la venta donde días ha fue manteado. Y sucede que deciden ir a buscar a don Quijote y que el barbero ofrece disfrazarse de doncella para hacerlo regresar a la venta. Sí, el Quijote tiene mucho de carnaval, de ese carnaval que bien estudio Bajtín en Gargantúa y Pantagruel. Sin embargo, aquí lo fantástico se da en un ambiente realista. Y entonces, el barbero sin remilgos decide vestirse de mujer y los demás no le ponen muchas objeciones. Entonces, hace un rato me preguntaba si eso sería posible en la sociedad pacata y de doble moral en la que vivo. En términos generales, a pesar de los cambios recientes, México es un país machista donde la homofobia es la cara visible de los deseos homosexuales reprimidos de muchos, muchísimos hombres. En este siglo XXI a un novelista del realismo mexicano le costaría imaginarse una escena así a plena luz del día y sin alcohol de por medio.
Publicado por Colectivo de escritores hidalguenses y de otras tierras
Anarquista patafísico y bloguero en ciernes Ver todas las entradas de Colectivo de escritores hidalguenses y de otras tierras