En este capítulo sigue la plática entre el canónigo y el cura sobre los libros de caballerías. Las razones de cada uno son para tomarlas en cuenta y degustarlas lentamente. Cuando hablan de la comedia que se hace en ese su tiempo, resulta que se resaltan los principales preceptos sobre el arte poética. Sobre todo se hace alusión a Lope de Vega, al que Cervantes no deja muy bien parado. Se dice que no se caían muy bien. Y me ha dado en sospechar que muchos de los desatinos de don Quijote y de las burlas e ironías que le hace don Quijote, van dirigidos a personajes literarios de su tiempo, sobre todo a Lope. No por nada se dice que el autor del Quijote de Avellaneda es él, a modo de venganza. En fin, que las obras literarias, se escriben con bien colocadas, significantes y sonoras palabras, pero también con el corazón y las tripas.

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