El perro, sensitivo al gesto arcano,

levanta las orejas al sonido

del alma de Odiseo vuelta al nido.

Nadie más reconoce al tal fulano.

Lleno de garrapatas, perro anciano,

si un día ágil y brioso, hoy tullido,

de vez en cuando lanza su ladrido

a la luna, acercando lo lejano.

Perro con perra vida, esperó solo

volver a ver los ojos de su dueño,

y los vio, fulgurante luz de Apolo.

Al divino Odiseo y al fiel Argos,

si todo lo vivido no fue un sueño,

el instante amainó los años largos.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s