Creo que la segunda parte es mejor que la primera, precisamente porque los que conocen a don Quijote ya leyeron la primera parte. Lo mismo que nosotros como lectores que a estas alturas Cervantes ya nos convirtió, como lectores, en uno de sus personajes. En este capítulo el Caballero de los Espejos y su escudero hacen dudar a Sancho de si lo que está viendo es verdad. Si el amigo Tomé Cecial es Tomé u otra persona. El perpetuo juego dialéctico de la novela.
Publicado por Colectivo de escritores hidalguenses y de otras tierras
Anarquista patafísico y bloguero en ciernes Ver todas las entradas de Colectivo de escritores hidalguenses y de otras tierras