¿Es sólo un mentecato don Quijote? ¿Es un actor que representa varios papeles? ¿En qué momento de la pluma de Cervantes empezó a tomar vida propia? Estas y otras muchas preguntas me he hecho a lo largo de la lectura. Creo que muchas veces se cree que el autor tiene el completo poder sobre sus criaturas. Creo que no es el caso sino todo lo contrario. Son los personajes los que se apoderan del autor, los que le dictan lo que debe de decir, qué rumbos tomar. Lo mismo nos pasa en la vida cotidiana, creemos tener el control de nuestras vidas porque le damos mucho peso a esa ficción que llamamos yo. Pero cuantas personas habitan dentro y fuera de nosotros que marcan y conducen nuestro camino y que desconocemos o apenas vislumbramos. En esta segunda parte parece que fluye sin ningún esfuerzo el andar de don Quijote y su escudero. Ya creado un entrañable personaje -y pocos como don Quijote- el arte de Cervantes consistió en dejarlo vivir, dejarse guiar por él.
Publicado por Colectivo de escritores hidalguenses y de otras tierras
Anarquista patafísico y bloguero en ciernes Ver todas las entradas de Colectivo de escritores hidalguenses y de otras tierras