Una vez más aparece una historia de un pastor enamorado. Esta vez don Quijote se encuentra en el camino a unos estudiantes que se dirigen a una boda. Y así nos enteramos de cómo en la sociedad de aquel entonces todavía era común que los padres escogieran con quién se deberían de casar los hijos. Lejos estamos del amor moderno, el amor supuestamente libre, en la elección al menos. Cada quién dice Sancho, se debe casar con personas de su condición social. Sin embargo, en los primeros capítulos él mismo dice a su esposa quiere que Sanchica sea doncella y se case con alguien diferente a su clase social. Hay pues una tensión entre lo que está naciendo y lo que no acaba de morir. Aunque bien es verdad que creemos que elegimos libremente a la persona amada cuando muchas veces, a no ser en las telenovelas, estamos destinados a casarnos o juntarnos con personas de nuestra clase social.
Publicado por Colectivo de escritores hidalguenses y de otras tierras
Anarquista patafísico y bloguero en ciernes Ver todas las entradas de Colectivo de escritores hidalguenses y de otras tierras