En este capítulo ya se entrevé la diferencia con la primera parte en cuanto al peso que se le da a lo dramático. Las representaciones teatrales dentro de la novela. Los personajes de la novela ven una representación alegórica de las bodas de Camacho y Quiteria. Nosotros vemos cómo esos personajes de ficción ven representada una obra de ficción. Y a los lectores ¿Quién observa nuestro drama?
Publicado por Colectivo de escritores hidalguenses y de otras tierras
Anarquista patafísico y bloguero en ciernes Ver todas las entradas de Colectivo de escritores hidalguenses y de otras tierras