Noto que en esta segunda parte comprendo menos los capítulos. O mejor dicho, están más intrincados y son más sutiles. En la primera parte, hay muchos mojicones y golpes que seguramente movían a risa a sus contemporáneos aunque a nosotros ya no tanto. Aunque creo que para un lector que se acerca por primera vez al Quijote puede ser la parte más entretenida. Esta segunda parte es mucho más sutil, su humor más, digamos la palabra pedantesca, refinado el cual propicia nuestra reflexión metafísica y sociológica. Como en la historia de los rebuznos, con una anécdota nos da todo el panorama de la vida en los pueblos y sus rivalidades. O como en el caso de maese Pedro y su mono adivino de lo pasado y lo presente. Aún falta que se nos cuente más sobre este maese y su teatro de marionetas. Falta lo más delicioso de la historia, pero en este capítulo me dejó pensando sobre eso de que adivine lo pasado y lo presente, de lo cual muy bien dice Sancho, no hay necesidad de adivinos y, sin embargo, maese goza de amplía fama y prestigio por esos lugares. ¡A tal grado nos seduce la idea de que otro nos narre lo que hemos vivido!
Publicado por Colectivo de escritores hidalguenses y de otras tierras
Anarquista patafísico y bloguero en ciernes Ver todas las entradas de Colectivo de escritores hidalguenses y de otras tierras