Ayer no pude subir la nota al capítulo XXVIII, el cual es corto y en él se narra la recriminación que hace Sancho a su señor por no haberlo defendido. Resulta que el Caballero de los Leones, que se ha portado tan temerario en algunas aventuras se comporta, a veces, cobardemente.
Por lo que respecta al capítulo XIX es la primera vez que aparece una aventura de agua. Es raro el capítulo porque la mayoría de las aventuras, el paisaje determinante y predominante es la tierra manchega. Lo que me llama la atención de este capítulo es las veces que se repite la palabra encantado. En efecto, don Quijote justifica sus desvaríos por los encantamientos que padece, pero precisamente si algo aprendemos de la primera novela moderna, es el desencantamiento del mundo que tengo para mí no soporta el caballero manchego.
apocalíptik 