Ya van varios capítulos en el castillo de los duques y me he dado cuenta que no se mencionan sus nombres propios, tal vez es una manera en que el narrador hace más abstracto el ejercicio del poder y también más irreal. Así cuando la duquesa le dice a Sancho que tiene que darse los azotes más fuerte a modo de penitencia por su señora Dulcinea, también sentimos cómo opera el sadismo del poder. Su teatralidad se sustenta en la violencia.
Publicado por Colectivo de escritores hidalguenses y de otras tierras
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