Por fin Sancho está como gobernador de la ínsula Barataria. ¿Qué pensar sobre ello? En este capítulo resulta que, como dice el narrador, no se puede distinguir si Sancho es tonto o discreto. Las pruebas que le ponen recuerdan a las que tuvo que resolver el rey Salomón y que lo hicieron pasar como un sabio. Por ello se nos dice que ante el juicio de Sancho todos lo concibieron como un nuevo Salomón. Da en qué pensar la manera en que a mostrado su buen juicio el famoso escudero. Por otra parte, este capítulo me recordó a algunos de los entremeses de Cervantes, esas pequeñas piezas teatrales donde de manera jocosa hace unas duras y ácidas críticas a la sociedad.
Publicado por Colectivo de escritores hidalguenses y de otras tierras
Anarquista patafísico y bloguero en ciernes Ver todas las entradas de Colectivo de escritores hidalguenses y de otras tierras