#Dante2021 Paraíso Canto XI: Fenomenología de la luz

Ayer señalé cómo Dante nos invita a viajar con él hacia la luz. En el siglo XX, Husserl decía que una de las principales tareas de la metafísica sería regresar a las cosas mismas. En esa línea de pensamiento, Bachelard realizó una serie de trabajos sobre la psicología de los cuatro elementos. Hace mucho que leí esos cuatro fascinantes tratados y si mal no recuerdo, se toca desde luego el tema de la luz, sobre todo en los elementos agua y fuego, pero no se propone ni se aborda por separado una poética de la luz. ¿En qué consistiría realizar una fenomenología de este tipo?

La luz nos presenta un reto imaginativo y de comprensión que, sin lugar a dudas, nos lleva a los asuntos divinos. Desde que amanece hasta que anochece, las veinticuatro horas al día, la luz tiene diferentes ritmos. No es la misma luz primigenia de la mañana que la luz cenicienta de los atardeceres, esa luz que a veces parece que palpita anaranjada en los muros y las acequias. Esos distintos matices se pueden percibir a lo largo de la Comedia. Simplificando un poco, el Infierno es un reino nocturno, sin luna y sin estrellas. El tono lumínico del Purgatorio corresponde al despuntar del alba, la hora de la esperanza. El paraíso nos presenta la luz del mediodía y la luz de la medianoche chocando en un constante juego dialéctico. La hora en que las cosas parecen más ciertas porque se manifiestan a nuestra mirada como si los rayos del sol y las demás estrellas penetraran el agua de un lago cristalino y puro: las estrellas y los planetas en lo alto y las cosas palpitando con singular luminosidad en la Tierra; lo alto y lo bajo en armonía. Una luz abigarrada de símbolos. Una luz del alma:

Cada uno se volvió al punto de la esfera en la que antes se encontraba, y ahí se quedaban, inmóviles como velas en su candelabro; pero dentro de aquella luz que recién me había hablado escuché una voz que me decía de manera jovial:

-Como yo impregno de los rayos de la luz eterna, y con sólo contemplarla descubro el contenido de tus pensamientos…

Así, a lo largo de los cantos del Paraíso, un concepto-imagen clave será el de luz y sus metáforas y sinestesias. Más adelante, Santo Tomás cuando habla de Francisco de Asís, se refiere a él en términos bastante crípticos como un Sol que desde su tierna infancia empezó a amar a la belleza inefable, cada día con más fuerza. Y una vez más se presenta esta dialéctica mediodía/medianoche:

Para no parecer todavía más oscuro y enigmático, diré que Francisco y Pobreza son estos amantes a quienes aludo en mi confusa plática. Su íntima unión, sus alegres semblantes y sus dulces miradas imprimían santos pensamientos en los demás, a tal grado era ese amor visible.

Alegóricamente ¿Quiénes son Francisco y Pobreza? Sol de la mañana y mujer que otros rechazan, representan un matrimonio que inspira santos pensamientos en los demás. Es posible acercarnos a esa luz en vida pero para ello teneos que casarnos con Pobreza. En Monarquía, Dante señala que el libre albedrío se pierde cuando dominan los apetitos sobre nuestros juicios sobre las cosas. Cuando caemos presas de los apetitos y estos nos dominan, la luz se apaga. Para poder ascender al Paraíso necesitamos un alma pobre en apetitos y hambrienta de luz.

Tan claro como el agua que Santo Tomás tiene que recurrir a imágenes cada vez más complejas.

El canto inicia con exclamaciones que comparan la vanidad de las cosas terrenales y la trascendencia de las cosas celestiales. El canto termina con el filósofo escolástico diciendo a Dante que es seguro le siguen pareciendo ininteligibles sus palabras. El Paraíso, un canto a la luz inefable, mientras más ilumina nuestra imaginación, más austero y polisémico se torna.

#Dante2021 Paraíso Canto I: Religiosidad cósmica y Paraíso dantesco

Dice José María Micó, el comentarista y traductor dantesco que el Paraíso es un poema místico. Es cierto, aunque más que recordarme a Santa Teresa o San Juan de la Cruz me recuerda a los dos de los poemas filosóficos más importantes en lengua española. Me refiero al Primero Sueño de Sor Juana y Muerte sin Fin de José Gorostiza. Sin embargo, a pesar de la extensión de estos poemas, no se compara con la extensión de la obra dantesca. Para Micó también es un poema político, incluso más que el Infierno y el Purgatorio. Yo añadiría que de los tres es el más sorprendente e incomprensible para mi mentalidad y cosmovisión de hombre del siglo XXI.

Al igual que los otros reinos del más allá, el Paraíso tiene nueve esferas. Sin embargo, aquí no hay un espacio un tiempo definidos. En el Paraíso existe un tiempo sin tiempo y un espacio sin espacio. Por lo tanto los treinta y tres cantos. Eso no pasa en el Infierno donde el viaje que inicia el 25 de marzo, abarca unos tres días, ni con el purgatorio que abarca otros tres o cuatro días. Aquí, se hará la narración de un instante. El instante de la eternidad y la utopía, entendida esta última como no lugar. Aunque, como en Dante s trata de un lugar/no lugar cosmológico de donde emana el amor.

En el canto primero hay una nota introductoria que al parecer acompaña a las ediciones de la Commedia aunque no fue hecha por el bardo, donde se explica la manera en que está compuesto el Paraíso. En el centro del universo se encuentra la tierra inmóvil de donde en órbitas circulares y concéntricas, giran los cielos regidos por la Luna, Mercurio, Venus, el Sol, Marte, Júpiter y Saturno. El último de los ámbitos celestes es el Empíreo. En fin, el florentino se basa en la física tolemaica, la que regia en su tiempo.

Esa es la primera sorpresa, tal vez la que más sacude a nuestra popular idea del Paraíso, con jardines siempre verdes y donde todos los seres conviven en armonía y santa paz sin la mancha del pecado. el Paraíso dantesco parece ser un poco más complicado: es un poema de la luz y de la relación del hombre con el cosmos. Desde luego es una visión radicalmente distinta en muchos sentidos a nuestra cosmovisión. Mientras que en la Edad Media la Tierra era el centro inmóvil del universo, hoy sabemos que nuestro planeta es una partícula de polvo en un infinito e inescrutable universo. Un universo que además no tiene centro y que puede ser que no sea el único. Además, mientras que Dante compartía una visión del mundo con los hombres y mujeres de su tiempo, me temo que nosotros tenemos una idea vaga de lo que es nuestro universo. Además es hay tantas teorías y tan complejas y muchas veces contrapuestas unas de otras, que es difícil que compartamos una idea común y compartida del cosmos.

De esta manera Dante nos interpela, en primerísimo lugar porque, a medida que avanzó la sociedad moderna, nos separamos más de nuestra relación con el cosmos. Así lo explica D.H. Lawrence (1994: 54) en su libro Apocalipsis:

Quizá lo que más nos diferencia de los paganos es nuestra relación con el cosmos. En nuestro caso, todo es personal: el paisaje, el cielo, no son más que el delicioso escenario de nuestra vida. Incluso el universo del científico es sólo un poco más que la extensión de nuestra personalidad. Al pagano le resultaba indiferente el paisaje y el trasfondo personal, pero el cosmos era algo real; un hombre vivía con el cosmos y reconocía que era más grande que él.

Y el mundo de Dante ¿Qué tanto estaba conectado con esa experiencia cósmica? al parecer, cuando José María Micó dice que el Paraíso es un libro político, se refiere a la crítica que subyace. No hay que olvidar que Virgilio, el maestro, es un pagano que permite la conexión con ese mundo. Tampoco hay que olvidar que el florentino es considerado uno de los precursores del renacimiento. Es decir, el momento en que se escribe la Comedia es de rupturas y transiciones. Sin embargo, aun faltan unos tres siglos para que cuajen las Meditaciones Metafísicas de Descartes, donde el filósofo duda por completo de todo menos de su pensamiento y dice que tal vez el mundo exterior sea obra de un geniecillo maligno: el olvido del cosmos y la desconfianza al mundo exterior, muy propicio para la explotación sin sentido que se asentaría en la modernidad y que aún rige a la sociedad actual. No, el mundo de Dante y la apuesta política en el Paraíso, es reconciliar el paganismo y el catolicismo por medio de la reconciliación con el universo.

Recuerdo una noche en el bosque que con mis amigos mirábamos las estrellas. Entonces una amiga me preguntó:

-Oye, ¿Qué estrella es esa?

-No sé, le contesté.

-¿Estudias desarrollo rural y no sabes qué estrella es esa?

En ese tiempo acababa de entrar al posgrado y esa observación me ayudó no sólo a ponerme al corriente en temas de estrellas y planetas, cuestión que aún no he subsanado, sino que hizo que fuera una de las cosas que desde el principió empecé a indagar sobre los campesinos. ¿Qué idea del cosmos tienen los yo he conocido? En realidad, para mi sorpresa, no muy distinta de la mía. Aunque con una mezcla de las ruinas de su antigua civilización, los pueblos campesinos e indígenas han perdido mucho de su conocimiento. Hemos perdido la comunicación con la naturaleza y con nuestros abuelos viejos El Sol y La Luna, me decía por aquellos días un campesino hñähñu.

Necesitamos recuperar esa conexión con el cosmos si queremos salvarnos como especie ante el actual colapso civilizatorio. En el canto I del Paraíso hay una hermosa palabra que es invención de Dante: trasumanar (transhumanización). Así lo trata de explicar el Bardo:

De pronto me pareció que el fulgor de un astro se juntaba con el otro, cual si el omnipotente hubiese decidido adornar el espacio con otro sol. Los ojos de mi amada estaban clavados en la contemplación de las esferas eternales, y yo fijé los ojos en ella, apartándolos de la luz de los astros, y de pronto me sucedió lo de Glauco, que al saborear la yerba, se convirtió en compañero de los dioses del mar. Yo no podría explicar con palabras en qué consiste la trasnhumanización, pero este ejemplo podría bastar para quienes la divina gracia les conceda el experimentarla

Ahora que he investigado sobre el uso moderno de esta palabra inventada por Dante, me encuentro con la sorpresa de que se utiliza para hacer apología de la tecnología como panacea para solucionar nuestros severos y apremiantes problemas, el más urgente el cambio climático. Pero como dice Nietzsche, las palabras tienen concepto e historia, por lo que es importarte regresarle su dignidad a esta palabra y trabajarla más hasta que nos empiece a dar luces sobre nuestra necesaria reconexión con el cosmos. La transhumanización se acerca a lo que Einstein llamó, Religiosidad Cósmica, que el físico ejemplifica con religiones tan dispares como el budismo, el cristianismo o el judaísmo y con diversos y dispares santos y filósofos. Aunque difícil de comprender pues este tipo de religiosidad no admite un Dios antropomórfico:

El individuo siente la futilidad de los deseos y las metas humanas, del sublime y maravilloso orden que se manifiesta tanto en la Naturaleza, como en el mundo de las ideas. Ese orden lleva a sentir la existencia individual como una especie de prisión, y conduce al deseo de experimentar la totalidad del ser como un todo razonante y unitario. La Religiosidad Cósmica se puede encontrar incluso en las primeras etapas del desarrollo religioso, por ejemplo en algunos salmos de David y en algunos profetas. El componente de Religiosidad Cósmica está mucho más acentuado en el Budismo, como nos lo han demostrado los magníficos escritos de Schopenhauer. Los genios religiosos de todos los tiempos eran admirables gracias a esta religiosidad que no conocía dogmas ni Dios alguno concebido a la manera del hombre. Y es por esto que no puede haber ninguna iglesia cuya enseñanza fundamental se base en la religiosidad cósmica… ¿Cómo pueden comunicarse los hombres esta Religiosidad Cósmica si con ella no es posible formar ni un concepto de Dios ni una teología? A mí me parece que tal es la función principal del arte y de la ciencia: despertar y mantener vivo ese sentimiento en todos aquellos que estén dispuestos a recibirlo.

Mi visión del mundo

Dante en el Paraíso es el poeta de la luz y de la relación del hombre con el cosmos. ¿Será posible hacer una comparación con la física moderna? Tal vez, al fin y al cabo Dante no habla de un Dios antropomorfo, sino de esta Religiosidad Cósmica que el llamó transhumanización. Einstein, por su parte, físico de la luz, creía en el Dios de Spinoza, ese ateo.

#Dante2021 Purgatorio Canto XXXIII: Purificación y utopía

Este es el último canto del Purgatorio. Al inicio, las ninfas (no hay que olvidar que en el Paraíso son estrellas) con lágrimas en los ojos cantan mientras el rostro de Beatriz refleja tristeza y aflicción como María al pie de la cruz. Después, la musa le pide que se desprenda de toda vergüenza y temor y que no hable como un hombre dormido. Es entonces cuando ella le explica las extrañas imágenes que acaba de presenciar y le dice que su inteligencia dura como la piedra y ennegrecida por el pecado, le impiden comprender sus razonamientos. Aún así le dice:

Quiero que mis palabras queden en tu interior como si se hubiesen escrito, para que sirvan de muestra y testimonio, como bordón que lleva el peregrino, engalanado con hojas de palmera.

— Tus palabras quedarán en mí como la figura que guarda invariable la cera del sello -le aseguré-; pero ¿por qué tus palabras, que yo tanto he anhelado, ahora se elevan tanto que mientras más las sigo, las comprendo menos?

Entonces Beatriz le responde con una crítica a la escuela en la que se ha formado y a los conceptos que utilizaba hasta hace poco. Dante insiste que nunca se había alejado de ella y la prueba está en que no guarda remordimiento alguno. Ella, sonriendo, le explica que esa falta es por que «hoy mismo has bebido de las aguas del Leteo.» Para la purificación total falta que beba de las aguas del Eunoé, donde se se reaniman los buenos y adormecidos recuerdos. Al final, con sutileza y sinceridad, el florentino nos dice que ya no le queda espacio para escribir la experiencia de beber estas aguas, pues las hojas que estaban destinadas al Purgatorio, se han completado y no quiere excederse en su oficio. El canto termina con un terceto donde nos dice que beber de esas aguas le sentaron de maravilla, por lo que se siente como planta que le han brotado nuevas hojas» entonces me sentí realmente purificado y dispuesto para subir a la celestial morada».

A partir de mañana, empieza la lectura del Paraíso, la parte más contrastante con nuestra moderna manera de pensar y tal vez la que menos adeptos tiene, sin embargo para una cabal comprensión de la intensidad de la obra, hay que aventurarse en su lectura y sacar lo mejor como de un inagotable pozo, sobre todo como propondré, porque posibilita la reflexión sobre la reconciliación del hombre con el cosmos: nuestro paraíso cada vez más perdido y alejado.

Ahora bien, entre la composición del Purgatorio y el Paraíso median unos cuantos años. Me parece que Dante ha de haber quedado exhausto después de componer la segunda parte. También ha de haber quedado satisfecho y extasiado. Me parece que el narrar su viaje al inframundo constituyó una experiencia individual que en realidad lo purificó. ¡Quién se atrevería a decir que ha bebido de las aguas del Leteo y del Eunoé sin tener ese grado de certeza! Y la certeza la tenemos ante nuestros ojos, como la figura invariable que guarda la cera del sello. Y ese ejercicio de escritura que ayudó al Bardo, ahora nos lo entrega como un regalo. La Comedia exige la participación activa del lector, es por ello que en muchos pasajes apenas se dejan entrever las situaciones, los símbolos, los actos y las acciones. En otros de plano se oculta lo más importante. Dante quiere nuestra colaboración. No el lector pasivo y adormilado, sino el que participa con los ojos cada vez más abiertos.

La clave para comprender esta propuesta de lectura, creo encontrarla en la parte donde Beatriz le dice que escriba como testigo. Según Giorgio Agamben:

En latín hay dos palabras para referirse al testigo. La primera, testis, de la que deriva nuestro termino
“testigo” significa etimológicamente aquel que se sitúa como tercero (terstis) en un proceso o litigio entre dos contendientes. La segunda, superstes, hace referencia al que ha pasado hasta el final por un acontecimiento y está, pues, en condiciones de ofrecer un testimonio sobre el.”

Dante cumple a cabalidad con estas dos acepciones. Por un lado en su viaje sólo observa como tercero en el litigio entre el ser humano y el más allá. Por otro, él también experimenta ese viaje en carne propia y puede regresar para contarlo. Según Agamben, quien en realidad experimenta un acontecimiento – como los judíos en los campos de concentración- cuando regresa se queda mudo y sin palabras para poder comunicarlo. ¿Es esto así? Si el viaje de Dante al Infierno, el Purgatorio y el Paraíso no hubiese sido una ficción literaria, tal vez no lo hubiera podido narrar.

Theodor Adorno dijo que la poesía sería imposible después de Auswichtz. Me parece que lo que es imposible después de un hecho traumático es la prosa y lo crudamente literal. La poesía o la literatura en general, son la única posibilidad que tienen los parias y exiliados para expresarse subrepticiamente. Tal vez Dante no viajo al más allá, pero nos narró muchas de sus experiencias personales de forma alegórica y por ello, al ser testigo de su propia vivencia y metamorfosearla, trasmite problemáticas universales y que trascendieron su tiempo. Y es que la poesía, aquella que convoca a la Diosa Blanca, es un constante diálogo con el doble o lo que Jung llama la sombra.

Ahora bien, el viaje de Dante es a la vez individual y colectivo. Habla sobre una liberación individual sin olvidar que se forma parte de una comunidad de la cual se forma una relación dialéctica. A este respecto el joven Marx señala:

Por cuanto el verdadero ser comunitario, es la esencia humana, los hombres, al poner en acción su esencia, crean, producen la comunidad humana, la entidad social, que no es poder abstracto-universal, enfrentado al individuo singular, sino la esencia de cada individuo, su propia actividad, su propia vida, su propio goce, su propia riqueza, su propio egoísmo. La realidad de esta comunidad no depende de la voluntad humana; pero, mientras el hombre no se reconozca como hombre y, por tanto, organice al mundo de manera humana, esta comunidad aparecerá bajo la forma de la enajenación. Debido a que su sujeto, el hombre, es un ser enajenado de sí mismo. Esta comunidad son los hombres; no en una abstracción, sino como individuos particulares, vivos, reales. Y el modo de ser de ellos es el modo de ser de la comunidad.

Dante hizo una reflexión intensa sobre su individualidad y así nos otorgó una crítica de la comunidad que le tocó vivir. Y lo hizo por medio de la poesía, aquella luz que permite columbrar un mundo donde el hombre en comunidad se reconozca como hombre y como parte del cosmos.

#Dante2021 Purgatorio Canto XXVIII: Una rara despedida

Dante y su maestro ya no viajan más juntos. Sigo sin comprender porque se separaron de esa manera. Tal vez por mi educación sentimental basada en parte en las telenovelas que veía con mi abuela, esperaba que su separación fuera más melodramática. O tal vez sea porque la cultura en mi terruño, cuando alguien se separa por largo tiempo, es el momento de los abrazos efusivos y las lágrimas.

Tratando de encontrar las causas del por qué el florentino se despide así de un guía que fue más que un padre según sus propias palabras, encuentro una posible respuesta en Borges, alguien que extrajo muchas enseñanzas de la Comedia. En su cuento el Inmortal, hay una escena donde se encuentran dos personas que no conocen la muerte y al despedirse, sutilmente el narrador dice (cito de memoria): creo que no se despidieron.

¿Por qué no se despiden? Ricardo Piglia, al comentar este cuento, dice que el acto de decir adiós o hasta luego es un atributo humano. Decimos adiós porque no sabemos si nos volvamos a ver. Dante y Virgilio no se despiden de una manera meramente humana. Solamente uno tiene un cuerpo humano y mortal. El otro es una sombra y pertenece a la eternidad.

#Dante2021 : poema colectivo

El segundo verso del poema colectivo es de Berenice y dice así:

«Venciendo la cerradura del miedo, la luz se filtra por la ventana de la esperanza»

El tercer verso es mío y dice así:

«E inunda la habitación donde tú y yo soñamos»

Hasta ahora son los únicos versos de nuestro cadáver exquisito, anímense a participar , no tengan miedo, pueden escribir lo que quieran y hay más tiempo que vida

Nota 8: #Dante 2021

Ayer en la noche buscando información sobre las celebraciones de Dante que se llevaràn a cabo este 2021, me encontré con un artículo del New York Times en español, donde habla de la lectura colectiva que se llevó a cabo de los cien cantos de la Divina Comedia en los primeros cien días del año 2018. La iniciativa fue de Pablo Maurette que el primer día de enero publicó en Twitter el hashtag #Dante 2018 y de ahí se detonó un gran interés e interacción de todo tipo de personas. Aquí dejo el link del artículo:

Me parece una propuesta excelente para celebrar este 2021 a Dante y a la poesía. Sin embargo, estuve buscando lecturas colectivas de ese tipo y no encontré ninguna que se esté llevando acabo. Por ello, hace un rato abrí mi cuenta de Twitter @apocaliptica17 con la finalidad de lanzar esa propuesta para este año. Incluso ya busqué la cuenta de Pablo Maurette y es de las primeras que sigo. Hasta hace poco era muy reticente con esto de las redes sociales y esa reticencia me ha llevado a no verle su lado positivo como es este el caso. Si en las redes sociales y en general en la Red Digital, cada día más se genera la división, el odio y la infodemia, ¿no será una de las mejores maneras de contrarrestarlo el generar la participación horizontal y colectiva en torno a la lectura de la Divina Comedia? Desde luego que el alcance que pueda tener la propuesta será muy limitada al principio por el escaso número de seguidores que tengo. No soy un influencer y me gusta el anonimato por lo que preferiría que otro con mayor alcance hubiera tenido la iniciativa. Aun así, lanzo la propuesta de que, los pocos lectores que por aquí o por Twitter se asomen, empecemos la lectura colectiva a partir del 14 de febrero con el primer canto y así subsecuentemente uno cada día hasta completar los cien.

En fin, no importa cuantos seamos. Parafraseando a Borges, cuando alguien lee una línea de Dante, por esos momentos también es Dante. De esta manera, si la Red Digital se alimenta de nuestra psique y privatiza el conocimiento común, la poesía es y será, una vez más, la forma de devolvernos el rostro y el sentimiento de lo colectivo.

Nota 6

Dante Alighieri será la estrella de 2021 en Italia a 700 años de su muerte. Así se titula una nota cultural publicada en el diario La Jornada el día de hoy. Trato de recordar si empecé a leer este año la Divina Comedia por la celebración. Conscientemente estoy seguro que no lo sabía pues apenas me voy enterando. Sin embargo, cabe la posibilidad de que alguna vez leyera la fecha y la haya olvidado. En fin, en estas notas sobre el hexagrama El Pozo, incluí mi lectura de la Comedia, consciente eso sí, de que estoy, quiero decir, estamos lector o lectora, en el Infierno.

El viaje dantesco es un viaje al interior del alma humana. A su manera, estas notas se unirán a la celebración de la poesía como posible vía, si no de salvación, al menos de sanación.

En el calendario de las celebraciones, la fecha clave es el 25 de marzo, instituida el año pasado por el gobierno italiano como efeméride anual para recordar el inicio de su viaje fantástico en el año 1300.

https://www.jornada.com.mx/2021/02/05/cultura/a04n1cul

He dividido los cantos para concluir su lectura el 25 de marzo. Ahí cerraré un círculo en estas notas de blog. A ti, lector o lectora, espero trasmitir algo de la emoción de estas dichosas coincidencias…